La Nebulosa Esquimal en rayos X |
El observatorio espacial XMM-Newton nos permite mirar en el interior de la capucha peluda de la Nebulosa Esquimal, desvelando una cálida cara de gas a 2 millones de grados centígrados.
Esta imagen es una composición de los datos recogidos por XMM-Newton (azul) y por el Telescopio Espacial Hubble (rojo y verde), y pone de manifiesto la compleja naturaleza de las nebulosas planetarias – el canto del cisne de las estrellas como nuestro Sol.
Cuando estas estrellas maduran, comienzan a desprenderse de sus capas exteriores hasta dejar al descubierto su núcleo, a gran temperatura. Los complejos patrones que se pueden apreciar en la imagen se generan cuando la radiación ultravioleta emitida por la estrella ioniza el material expulsado con anterioridad, haciéndolo visible.
La Nebulosa Esquimal se encuentra a unos 4.000 años luz de la Tierra, en la constelación de Géminis, y fue descubierta por William Herschel en 1787. Esta nebulosa comenzó a formarse hace unos 10.000 años, cuando su estrella central empezó a emitir vientos de gran intensidad.
El anillo fragmentado que la rodea está compuesto por múltiples objetos con forma de cometa, cuyas colas parten en dirección opuesta a la estrella y se extienden un año luz en el espacio. Estas formaciones componen la ‘capucha peluda’ del Esquimal, enmarcando una pequeña cara con forma de corazón.
Hace miles de años esta estrella moribunda exhaló sus capas exteriores, formando la compleja serie de cáscaras que la rodean, iluminadas en color amarillo en esta imagen.
La cara del Esquimal emite rayos X como resultado de la interacción entre los fuertes vientos de la estrella con las capas de material eyectado que la rodean. En esta región se alcanzan temperaturas de unos 2 millones de grados Celsius, considerablemente superiores a la temperatura de su entorno, a unos 14.000 °C.
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