INTERCULTURALIDAD Y LA EDUCACIÓN
Actualmente vivimos en una sociedad en la cual los
cambios tecnológicos y las formas de experiencia social se modifican día a día.
La realidad cambia a una velocidad impensable y como la escuela no es una
institución ajena a ella, se modifica también a pasos agigantados.
Son nuevas las problemáticas que hoy por hoy afronta la escuela y un docente
debe ser conciente de ellas para poder tratarlas.
Un emergente que no podemos dejar de considerar es
el fenómeno migratorio que se ha producido en los últimos años como
consecuencia, principalmente, de la pobreza y la globalización del mercado
laboral.
La
diversidad cultural es un tema complejo que no debe ser simplificado ni
generalizado. Saber realmente de qué se trata puede contribuir a actuar
responsablemente al respecto y por eso mismo considero importante ahondar en el
tema.
El nuevo
modelo de Estado y sus derivaciones políticas de privatizaciones,
individualismo y competencia fomenta la construcción de sociedades dualizadas.
Reaparece el darwinismo social con su lógica de “sálvese el mejor”: en
el mercado hay ganadores y perdedores, son las “capacidades personales
naturales” las que aseguran el éxito en la “libre competencia”. Sumado a
esto, la presencia más visible de colectivos migrantes está produciendo un
aumento de la xenofobia, la alterofobia y la discriminación.
Aunque
hay quienes puedan afirmar que la escuela no reproduce de forma mecánica los
procesos de discriminación y desigualdad, es indiscutible que ésta
sí enmascara y neutraliza estos mismos procesos en la conformación de una normalidad
integradora.
Con
esto me refiero a lo ya dicho anteriormente en cuanto a que “la manera en que
la escuela procesó la diversidad que recibía en sus docentes y en sus alumnos fue,
salvo algunas excepciones, homogeneizarla y uniformizarla.”
Creo necesario ampliar este concepto: la inclusión
en una identidad determinada implica la construcción de un “yo” que se
identifica con un “nosotros”, que necesariamente se contrasta con
algún “otro”. Si el otro aparece como algo muy remoto, se lo considera benigno;
en el polo opuesto, el otro puede ser muy cercano y relacionado con nosotros
mismos. Pero entre estos dos polos se encuentra otra categoría, es aquel otro
que estando próximo es incierto, generando un nuevo sentimiento de amenaza, de
inseguridad, ansiedad y miedo.
Al construirse la relación nosotros-otros
como una relación entre opuestos irreconciliables, se está negando que “otros
somos todos”. Es imposible la existencia de un nosotros sin la presencia de
“otros” que interpelen nuestra propia alteridad. El problema estriba en que
mientras esos “otros” sigan siendo producidos como una amenaza que atenta
contra el orden de las instituciones, como los culpables de las situaciones de
crisis, de la violencia, del desempleo, estamos negando y ocultando la
responsabilidad del estado, de las instituciones y de nosotros mismos en este
proceso.
Es
esencial no perder de vista además que, en la relación nosotros-otros, la
construcción de la alterización se realiza a través de procesos históricos,
dinámicos y complejos que se apoyan por un lado, en la elaboración de marcos
teóricos conceptuales y por otro, en la carga de significados, interpretaciones
y significaciones que los actores sociales le atribuyen a esas diferencias.
Precisamente
el auge de la teoría del “relativismo cultural y del “respeto por las
culturas”, produjo que los docentes tejan toda una serie de hipótesis acerca
del comportamiento de los “otros”, tratando de explicar sus costumbres como
“propios” de la cultura. En este sentido, la diferencia es construida desde un
concepto de cultura esencialista, estática y homogeneizante, que no percibe las
contradicciones al interior de los grupos culturales, transformándolos por
tanto en ahistóricos.
Pero por otra parte, también se construyen sobre
los niños migrantes y sus familias, una serie de atributos muy cercanos a la
alterofobia y la raciación.
No obstante ser migrante es difícil y a
menudo también doloroso. La normativa existente trae aparejado que
los inmigrantes no sean “ilegales” por el ingreso sino por la permanencia; no
por decisión, sino por la imposibilidad de cumplir con una normativa que
pareciera estar diseñada específicamente que pareciera estar diseñada
específicamente para convertirlos en un grupo poblacional vulnerables por su
condición “ilegalidad” y porque esa condición puede ser castigada
administrativamente. A esto debe sumársele la discriminación y el desempleo que
deben enfrentar al llegar al país.
Ser niño tampoco es sencillo, y la combinación de
ambas condiciones genera una situación que merece ser tomada en cuenta. Me
limitaré, en este caso, a comentar que ocurre con los niños migrantes
bolivianos. A las representaciones sociales sobre la
comunidad boliviana en general se suman las representaciones sobre los niños de
familia boliviana, y sus características particulares en tanto sujetos de
aprendizaje.
Los niños
de la comunidad boliviana experimentan dificultades en el proceso de
aprendizaje: poseen dificultad en la comunicación oral y escrita, son
introvertidos y “lentos” para trabajar.
Sin
embargo si analizamos este tema en mayor profundidad, descubrimos que son
realmente talentosos en las materias relacionadas con el arte, que son capaces
de desarrollar los saberes escolares cuando no están siendo observados por los
docentes y que (reo que esto es lo más importante) los alumnos se vuelven más
introvertidos y se incrementan sus dificultades en el aprendizaje a
partir de cuarto grado. Una posible explicación podría estar relacionada con
que los alumnos habrían introyectado las representaciones docentes apropiándose
de las mismas tomando conciencia y vergüenza de su propia cultura.
“El desconocimiento del “otro”, del “diferente”, a
menudo refleja estereotipos ubicando al “otro” en un lugar de inferioridad. De
esta manera, por ejemplo, la lentitud es considerada falta de inteligencia y el
silencio o respeto por el mayor adquiere el significado de introversión o
timidez ”(Feldsberg, 1997, pág. 10). De este modo, podemos afirmar que el
fracaso escolar de los niños de la comunidad boliviana es una construcción
social.
·
1. La
escuela ante la diversidad cultural y social de los estudiantes
·
2. Sin
importar si la escuela es pública, privada, indígena, semiurbana o urbana
existen diferencias culturales y sociales entre la comunidad estudiantil. La
interculturalidad y la marcada diferencia de clases constituyen un grupo
homogeneo o heterogeneo condicionado por factores tales como la edad, género,
creencias, ideologías, nivel socioeconómico, educativo, etc.
·
3. Grupo
homogéneo Es aquél que se forma por elementos que comparten características
comunes. La ventaja es que este tipo de grupo tiende a relacionarse de una
manera más rápida, debiado a que sus integrantes presentan valores e intereses
qu comparten un mismo fin. Un ejemplo es la edad, tienen las mismas
inquietudes.
4. Grupo
heterogéneo Es aquél que se forma por elementos diversos como son las
creencias, ideologías, nivel económico y social de cada alumno, etc. Es un
grupo con gran potencial, debido a la pluralidad de experiencias que los
miembros poseen y pueden aportar al momento de convivir en el aula. También
representa un reto debido a la competitividad en la que se vive.
PERFIL DE UNA ESCUELA NUEVA
Creo que el rol del docente se trata, en primer
lugar, de tomar conciencia de esta realidad para no caer en concepciones
ingenuas y para que sus actos se correspondan con una concepción formada y
crítica de la situación.
La conciencia de que la superioridad y la
discriminación son construcciones sociales y por tanto artificiales, permite
obrar al respecto sin prejuzgar o subestimar a los alumnos y construyendo,
principalmente a través del ejemplo, una concepción real de la diversidad.
Hay una realidad que debemos afrontar y es
que los alumnos que provienen de hogares de clases socioeconómicas
beneficiadas, reciben en la escuela la misma cultura que les han transmitido
sus padres, mientras que quienes vienen de hogares “pobres” o de culturas
alternativas sufren una imposición cultural arbitraria. La escuela debería
adaptarse al alumno y no al revés, aceptando la diversidad y construyendo a
partir de ella. Entendiendo que las diferencias pueden ser fuente de riqueza,
conocimiento y recurso en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
El intercamibo de culturas es muy importante a nivel educativo, ya que de esta manera fomentamos a aprender mas sobre la diversidad de culturas y lenguas que existe en nuestro país, y en los países extranjeros, creo que la escuela donde estoy habremos muchos de diversos lugares de la república y a mi en lo personal me gusta saber mas sobre las costumbres y tradiciones, así como el dialecto de aquellos a quienes conozco que no son de mi región. Es interesante saber mas sobre mis compañeros y su cultura.
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