Bulling (Acoso escolar) |
Para los que no os
suene el término Bulling, quiere decir acoso escolar,
y quería hablar de este tema porque me parece muy seria y muy importante.
Sufrir bullying en el colegio es algo que ha pasado siempre, simplemente empezó
a tener más repercusión social y mediática, cuando estas agresiones empezaron a
ser grabadas y subidas a Internet con los teléfonos móviles, aunque muchos
creían que estas cosas no pasaban.
No ha resultado
nada sorprendente para mi, cuando realizo sesiones de coachingy
autoayuda a hombres y mujeres que me contratan para solucionar sus problemas
con las relaciones, profundizando más en la raíz de sus problemas actuales, el acoso
escolar aparezca en casi todos los casos. Esto me llevo a preguntarme “¿una
persona que ha sufrido bullying tiene mayores problemas que el resto para
encontrar una pareja?” Y la respuesta es que Sí, porque las personas que han
sufrido bullying en su adolescencia, a día de hoy, tengan la edad que tengan,
inconscientemente se sienten inferiores al resto y muestran
mucha necesidad de afecto y de aprobación, lo que hace que las que
podrían ser sus parejas, huyan espantadas, y al final terminan iniciando una
relación de pareja con una persona con sus mismos problemas de afecto y de
necesidad de aprobación, conduciéndoles a los dos a interminables conflictos y
discusiones que suelen acabar en ruptura.
Sufrió en el colegio acoso escolar |
En resumen, uno de
los motivos por los que una persona en la actualidad no tiene éxito con las
mujeres, es porque sufrió en el colegio acoso escolar, y esos años
han creado un dolor tan profundo dentro de esa persona que hasta que no trabaje
sobre ello y lo sane de una vez por todas, no será capaz de atraer mujeres a su
vida, arrastrando una gangrena constante en su sociabilidad. En mi caso
personal, se de lo que hablo porque yo también sufrí bullying en el
colegio, pero por suerte para mi, al no ser un Instituto público, donde son
habituales las agresiones físicas, estudie en un colegio franciscano
concertado, donde había que pagar para estudiar, y eso hacía que las agresiones
físicas estuviesen muy castigadas, incluso con la expulsión, por eso las peleas
allí era muy poco comunes.
Padres divorciados |
Y aunque me libre
de las agresiones físicas, no pude librarme del maltrato psicológico que
sufrí por parte de varias personas. Unas personas a las que seguramente nunca
olvidaré en mi vida, lo mismo que les sucederá a todas las personas que han
sufrido acoso escolar. Estas personas eran una minoría, pero bastaba con un par
para que te pareciera que era un ejército. Su perfil psicológico era muy común,
hijos de padres divorciados o con problemas en casa,
incluso de malos tratos, chicos con malas notas y problemáticos en
clase, no fallaba, vomitaban la mierda que vivían en sus casas en otras
personas y seguro que ni así se sentirían mejor. El caso es que conmigo se
metían sino a diario, casi todos los días, y era a modo de burlas, bromas de
mal gusto, insultos, ridiculizaciones en público, y la verdad es que no fue
nada fácil, recuerdo esos años con mucho dolor y mucha tristeza, porque son los
años más importantes en la vida de una persona, unos años que marcarán como
será tu vida adulta.
Es evidente que me
marcaron negativamente, potenciaron mis inseguridades y la tendencia de
intentar pasar desapercibido, y está claro que esto no es ni muy social ni nada
atractivo para una mujer. Al final me encontré que cuando acabe el colegio y empecé
la universidad, mientras otros chicos con más suerte que yo en este aspecto,
pasaban de chica en chica, yo era un inseguro de tres pares de narices y me
sentía a un mundo de distancia de las chicas por las que físicamente me sentía
atraído, y lo peor es que solo podía presagiar esa suerte para el resto de mis
días, es decir, que las cosas iban a ser siempre así para mi, había
otros que se enrollarían con chicas yo sería de los que no. Es muy duro aceptar
esto para un hombre, es como desprenderte de esa parte de ti que te hace ser un
hombre. Fueron unos años oscuros en mi vida que no se los deseo ni a mi peor
enemigo, y soy consciente de que millones de hombres en todo el mundo también
vivieron una sensación similar, y peor aún, a día de hoy todavía viven con
ella, resignados…
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