Físicos del Ludwig-Maximilians University Munich y del Max Planck
Institute of Quantum Optics han logrado que un gas experimente temperaturas más
frías que el cero absoluto, -273 grados Kelvin.
Se utilizaron lásers e imanes para obtener gas de potasio ultrafrío.
Los autores indican que estas temperaturas absolutas negativas tendrían
absurdas consecuencias: aunque los átomos en el gas se atraen uno a otro y dan
lugar a una presión negativa, el gas no colapsa, un comportamiento que se
postula también para la energía oscura en la cosmología.
Motores térmicos supuestamente imposibles, como un
motor de combustión con una eficiencia termodinámica superior al 100%, podrían
ser factibles con la ayuda de temperaturas absolutas negativas, pues el motor
no solo absorbería energía del medio más caliente, sino también del medio más
frío.
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