Hablar de respeto consiste en el
reconocimiento de los intereses y sentimientos del otro en una relación. Aunque
el término se usa comúnmente en el ámbito de las relaciones interpersonales,
también aplica a las relaciones entre grupos de personas, entre países y organizaciones
de diversa índole. No es simplemente la consideración o deferencia, sino que
implica un verdadero interés no egoísta por el otro más allá de las
obligaciones explícitas que puedan existir.
A veces confundimos el respeto
con alguna conducta en particular, como los buenos modales o la amabilidad,
pero el respeto es algo diferente a esto, es una actitud, la cual nace con el
reconocimiento del valor de una persona, ya sea inherente o también relacionado
con una habilidad o comportamiento.
Otra forma importante de este
concepto consiste en el respeto a uno mismo. Hay gran consenso entre los
pensadores en cuanto a que esta manifestación del respeto es una habilidad
esencial para vivir la vida de manera satisfactoria y llena de significado.
Además, es vital para la vida en sociedad que llevamos. Por todo esto,
respetémonos a nosotros mismos y a los demás.
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