El inicio del estudio de la biología se inició desde la primera clasificación de los animales, hecha por el griego Aristóteles, que logró cerca de 500 especies catalogadas en un estilo moderno.
En el siglo XIV, en 1316, profesor de la escuela de medicina de Bolonia (Italia), Mondino de Luzzi, publicó el primer libro conocido como la anatomía humana donde exploraba diversas partes del cuerpo y sus funciones.Cerca de tres siglos después de la publicación llegó la teoría de la evolución, desarrollada por el popular biólogo inglés Charles Robert Darwin junto a Alfred Russel Wallace. Se dijo que los cuerpos de las plantas y los animales están siempre en constante cambio en un proceso conocido como evolución.
Pero uno de los mayores descubrimientos que marcaron el surgimiento oficial y estándar de la ciencia se hizo en el siglo XX, en 1944, cuando el bacteriólogo estadounidense Oswald Theodore Avery descubrió que el ADN (ácido desoxirribonucleico) fue la materia prima de la que están hechos los genes, la molécula responsable de escribir el código genético. Desde entonces, los científicos (biólogos) han tratado de descubrir algunos enigmas acerca de la ciencia.
Historia de la biología
La historia de la biología traza el estudio de las condiciones de vida desde la antigüedad hasta los tiempos modernos. Aunque el concepto de la biología como un único campo científico coherente sólo ha surgido en el siglo XIX, las ciencias biológicas tienen su origen en las antiguas prácticas de la medicina y la historia natural que data de Ayurveda, la medicina del antiguo Egipto y las obras de Aristóteles y Galeno en la Antigüedad clásica.
La antigua tradición ha continuado siendo perfeccionada durante la Edad Media por los médicos y eruditos musulmanes como Avicena. Durante el Renacimiento y la Edad Moderna, el razonamiento científico en Europa ha cambiado drásticamente con la introducción del empirismo y el descubrimiento de numerosas formas de vida. Entre las figuras prominentes de este movimiento se destacan Andreas Vesalius y William Harvey, introductores de la experimentación científica y la observación en la fisiología, y naturalistas como Carlos Linneo y Buffon, que fue pionero en la clasificación de las especies y el registro fósil, además de obras sobre el comportamiento y el desarrollo de los seres vivos. El análisis desde microscopio ha revelado un mundo hasta ahora desconocido de microorganismos, que proporciona la base para la teoría de la célula. La creciente importancia de la teología natural, en parte como respuesta al aumento de la filosofía mecánica, vino a fomentar el crecimiento de la historia natural, aunque todavía se asumía el argumento teleológico del creacionismo.
A lo largo de los siglos XVIII y XIX, las ciencias biológicas como la botánica y la zoología se convierten en campos de estudio cada vez más profesionales. Muchos científicos, como Lavoisier, empiezan a hacer conexiones entre el mundo de los vivos y la materia inanimada a través de la física y la química. Naturalistas investigadores como Alexander von Humboldt estudiaron la interacción entre los seres vivos y su ambiente físico, y cómo esta relación se ve afectada por la geografía, sentando las bases para la biogeografía, la ecología y la etnología.
Los naturalistas comenzaron a rechazar el esencialismo y tuvieron en cuenta la importancia de la extinción y la mutabilidad de las especies. La teoría de la célula proporcionó una nueva perspectiva de los pilares fundamentales de la vida. Estos desarrollos, junto con las conclusiones alcanzadas en los campos de la embriología y la paleontología, se resumen en la teoría de la evolución por la selección natural de Charles Darwin. El final del siglo XIX fue testigo de la decadencia de la teoría de la generación espontánea y el surgimiento de la teoría microbiana de la enfermedad, aunque el mecanismo de la herencia permaneció siendo un misterio.
En el siglo XX, el redescubrimiento de la obra de Gregor Mendel llevó a avances inmediatos en genética, en particular, por Thomas Hunt Morgan y sus estudiantes. Durante la década de 1930, la combinación de los conceptos de patentes en la genética de poblaciones y la selección natural da lugar a la síntesis neodarwinista. Estas nuevas disciplinas se desarrollaron rápidamente, especialmente después de que Watson y Crick revelasen la estructura del ADN. Después de la institución del «Dogma Central» y la decodificación del código genético, la biología se divide entre biología de organismos – que se ocupa de la totalidad de organismos y grupos de organismos – y las áreas relacionadas con la biología molecular y celular. En el siglo XX, nuevas áreas como la genómica y la proteómica han llegado a revertir esta tendencia.
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