Al igual que el bostezo y la tos, rascarse puede ser contagioso. De repente,
usted puede ver a alguien que se rasca y empezar a sentir picores en su propio
cuerpo.
La "transmisión del picor" ha sido investigada mostrando imágenes de pulgas y
hormigas a las personas.
Este simple hecho puede hacer que la persona se rasque instantáneamente, pero
ver a alguien hacerlo tiene un poder de respuesta más fuerte.
Una posible pista de por qué sucede es cuando dejan caer una gota de
histamina sobre la piel de una persona. La histamina produce picor pero, en vez
de rascarse sólo donde cayó la gota, la persona se rascará todo el cuerpo. Esto
sugiere un mecanismo que nos hace hipersensibles a las sensaciones de la
piel.
Pero, ¿lo hacemos sólo los seres humanos? Otros primates se comportan igual
que nosotros. Una teoría afirma que se desarrolló en especies sociales para
ayudarles a identificar y tratar las infecciones parasitarias.
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