EL USO DEL TELÉFONO CELULAR
Estudios recientes muestran que, al entrar en nuestras vidas
las innovaciones tecnológicas, como ordenadores e Internet, se han producido
importantes transformaciones psicológicas. Sabemos muy poco, sin embargo, de
los efectos psicológicos de otra nueva tecnología: la telefonía móvil. Los
resultados de una investigación exploratoria sobre el uso de teléfonos
celulares en jóvenes sugieren que la telefonía móvil también está produciendo
cambios psicológicos. Para estos jóvenes los principales cambios se expresan en
mayor autonomía, libertad y la privacidad, intimidad en muchas de sus
relaciones, la emergencia de nuevas formas de control interpersonal, a aumentar
su sensación de seguridad y sensación de no estar nunca solo.
Los datos fueron recolectados a través de veinte entrevistas
individuales de aproximadamente una hora. Todas las entrevistas se realizaron
en lugares escogidos por los sujetos. Este procedimiento se adoptó debido a
que, para lograr la profundidad deseada, es fundamental que el entrevistado se sienta
cómodo para revelar a los investigadores sus opiniones, pensamientos y
sentimientos. Todas las entrevistas fueron transcritas en su totalidad y luego
sometidas a las técnicas de análisis cualitativo del discurso.
El uso intensivo de teléfonos celulares que han de mantener
su red social y su programación tiene una consecuencia importante: cuando están
sin el teléfono (en caso de rotura, pérdida o robo) de los jóvenes
entrevistados sienten que han perdido contacto con el mundo.
"...imagina llegar a la universidad y que se me quede
el teléfono celular ¿cómo iba a hablar con alguien? no puedo. Sería horrible
"
La sensación de estar siempre controlados, siempre por los
teléfonos móviles, también aparece en todas las entrevistas. Algunos incluso
llegan a admitir explícitamente que ven a sus teléfonos como compañeros.
"Es una relación, casi un mejor amigo"
Habida cuenta de la libertad, la autonomía y la privacidad
temprana (para los estándares tradicionales), que les dio el teléfono celular,
así como la intensa sociabilidad, instantánea y espontánea posible, no es de
extrañar que estos jóvenes ven a sus teléfonos móviles como indispensables para
su vida (recordemos que algunos incluso hablan de ellos como socios o amigos).
De ahí la desesperación cuando, por algún accidente, no se encuentran en
posesión de ella.
Admiten confiar en los teléfonos para subsidiar su nomadismo
y mantener un contacto fluido con el mundo en que viven. Sin ellos, pierden el
acceso a su red social inmediata. A falta de tal acceso, se sienten excluidos
de la sociedad, de sus amigos, parientes, novios, etc. y se enfrentan a una
nueva forma de soledad, no menos dolorosa que la tradicional: la soledad
sedentaria en un mundo de nómadas que se desplazan.
Estamos dando un poder que no tiene a la tecnología, decimos que estamos en contacto con el mundo al tener uno de estos artefactos, cuando realmente lo que hacemos es alejarnos cada vez más del contacto humano.
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