Los pingüinos son aves oceánicas que no vuelan
(perdieron la habilidad para hacerlo), y pasan gran parte de la vida en el mar
donde se desempeñan con suma agilidad y obtienen de allí los pequeños
crustáceos de los que se alimentan.
Esta alimentación suele ser a base de krill, un
pequeño crustáceo similar a un camarón muy abundante en las aguas antárticas,
aunque también forman parte de su dieta los peces y calamares.
Algunas especies se adaptan a la cautividad muy
fácilmente como el pingüino Rey y Emperador. Si aprenden a comer presas muertas
de la mano del hombre y no capturan su propia comida, pierden esa capacidad y a
partir de entonces deben ser alimentados todos los días por el hombre.
Los pingüinos pertenecen al orden de los
Esfenisciformes, tiene el esternón carenado (en forma de casco de barco), alas
largas, plumaje abundante, pies palmeados con cuatro dedos dirigidos hacia
delante y pico largo.
Reproducción
Durante la estación de apareamiento los pingüinos
se concentran en grandes colonias donde se reúnen para reproducirse. Aunque
pueden convivir juntas diferentes especies, lo habitual es que estén muy
segregadas.
Pingüino Emperador con su polluelo.
Para llegar a los lugares preferentes de
reproducción, los pingüinos siguen fielmente el camino de sus predecesores.
Estas rutas son a veces realmente complicadas, y se pueden ver a lo largo de
desoladas costas y zonas rocosas. Estas zonas se encuentran en muchas ocasiones
a varios kilómetros del océano.
Las áreas por donde pasan los pingüinos para
incubar se encuentran generalmente muy desgastadas, formando senderos lisos y
bien definidos, incluso en las rocas, barriendo los guijarros y gastando la
vegetación desde la orilla hasta más de un kilómetro tierra adentro, tras el
paso por esos lugares de incontables generaciones de aves.
La búsqueda de pareja supone un ritual de
exhibiciones. Suelen emitir extraños gritos y según la especie braman, sacuden
la cabeza o levantan las alas en sus llamadas.
La forma de anidar varía según la especie. Mientras
que algunos prefieren refugiarse en lugares abrigados como madrigueras o huecos
en las rocas, otras ni siquiera construyen nido o incuban directamente a cielo
abierto sobre piedras o palos amontonados.
Los pingüinos Emperador y Rey, curiosamente,
utilizan sus patas como soporte del único huevo que incuban acuclillándose
sobre él para darle calor. Otras especies hacen hoyos para depositar los huevos
formando rectángulo de 60 a 90 cm. de hondura, pero con forma de horno con
entrada ancha y muy baja.
Pingüino Barbijo anidando.
Los pingüinos suelen poner dos huevos parecidos a
los de un ganso (algunos como los citados Rey y Emperador, sólo uno), el color
es más bien entre blanco y verdoso con pecas pardas, y los periodos de
incubación varían según la especie, que puede ser entre 30 y 37 días o incluso
superior a 50 días como es el caso del pingüino Rey.
Algunas especies son tan sociables que los huevos
pueden llegar a cubrir por completo un espacio de terreno de 500x50 m. Se dan
casos en los cuales los ejemplares más grandes adoptan por la fuerza los huevos
de los más pequeños.
Polluelos de pingüino Barbijo.
La incubación y alimentación de los polluelos es en
general tarea de ambos sexos. El macho permanece cerca de la hembra y la
reemplaza en el nido, asiduamente se dedica a cebar a la hembra y polluelos que
reciben el alimento regurgitado de su estómago.
En alguna especie, como el pingüino Adelia, el
macho suele ayunar durante las primeras dos semanas de incubación, permitiendo
que la hembra acuda al mar a alimentarse. Se conocen casos en que el periodo de
ayuno del macho abarca desde la defensa del territorio en que van a anidar, el
de apareamiento, y el de incubación de los huevos.
Cuando la hembra regresa al nido para tomar el
relevo, el macho acude al mar (muchas veces a kilómetros del nido) para
alimentarse y recuperar la grasa perdida. Al regresar al nido trae alimento en
su estómago para los polluelos que van a salir, y que regurgitará en sus picos.
Otras especies no experimentan ayunos tan arduos
durante el periodo de reproducción. Las que anidan en zonas próximas al mar
pueden desplazarse a diario en busca de comida.
Polluelos de pingüino Rey.
Los polluelos de pingüino nacen cubiertos por un
plumón grisáceo, o con dibujos blancos o grises suaves.
Según las especies pueden permanecer confinados en
el nido o madriguera durante todo el periodo que dure la anidación. Mientras
tanto son alimentados por sus
progenitores.
Cuando los polluelos alcanzan un desarrollo en el
que no necesitan vigilancia y atención constante, son agrupados en otras
especies, en colonias, donde permanecen mientras los padres pescan.
Al regreso, éstos son capaces de reconocer a sus
polluelos entre grupos de miles de individuos; cuando son reconocidos, los
polluelos realizan una carrera persiguiendo a uno de sus progenitores, que
suele llegar cargado de comida; cuando se detiene, regurgita la comida, que ya
ha sido digerida en parte, en el pico del polluelo.
Cuando los jóvenes pingüinos han adquirido su
primer plumaje, entran al mar y se buscan alimento por sí mismos.
Seis son las especies con estas características que
pueden ser observadas en la Antártica y se describen brevemente:
Pingüino Emperador
Es la más espectacular de estas aves por el tamaño
que alcanzan: más o menos 110 cm. De alto y unos 40 a 45 Kg de peso cuando son
adultos. Tiene la cabeza negra coronada con plumas blancas y doradas en la
parte de la nuca. Su pico es largo, aunque de menor longitud que el del
pingüino Rey.
La región del vientre y la parte baja de las alas
son blancas, en tanto, la región dorsal superior de las aletas y la cola son de
negro intenso salpicado con blanco.
Los pingüinos emperadores son los que anidan en una
latitud más alta, llegando más allá del
paralelo 80°. Las hembras ponen un solo huevo que suele pesar alrededor de
medio kilo. El polluelo, una vez nacido, llega a medir en solo dos meses la
mitad de lo que miden sus padres. En primavera-verano, que es la época de mayor
alimentación, los adultos abandonan las colonias dejando a los pichones al
cuidado de algunos ejemplares adultos, en una especie de Kindergarden.
Pingüino Rey
Es de altura un poco menor y el plumaje algo más
claro que el emperador. También empolla un solo huevo, pero lo hace
manteniéndolo entre las patas y permaneciendo erecto sobre él. Aunque muchas
familias se desplazan hasta la zona de la península antártica, la mayoría de
ellos se queda en la llamada región sub-antártica.
Son sumamente vistosos, pues en el pecho, cuello,
la parte posterior de la cabeza y la mandíbula inferior ostentan un plumaje de
color amarillo rojizo. La colonia actual se calcula en unos cinco millones de
individuos.
Pingüino Adelia
Es la especie más abundante de la región helada.
Los científicos calculan su población entre los 27 millones y 50 millones de
ejemplares.
Al igual que el resto de las especies, su dorso es
negro como la cabeza y su vientre blanco, pero tiene un anillo absolutamente
blanco de alrededor de 1 cm de grosor en torno a sus ojos. Su altura máxima
alcanza a los 70 cm.
Construye sus nidos en las costas del continente y
en las islas pequeñas y en el periodo de construcción de sus nidos y
apareamiento ―que dura alrededor de tres semanas― las parejas se ven obligadas
a ayunar. Más tarde se turnan para
empollar sus huevos: primero va a comer la hembra, mientras el macho se queda
en el nido. Luego se alimenta él mientras la madre cuida sus crías.
Pingüino de Barbijo o Antártico
Es diez centímetros más pequeño que la especie
anterior y su característica es que tiene el pico y las patas rosados. Habita fundamentalmente en pequeños islotes
rocosos, en donde construye sus nidos, inmediatamente antes de la
fecundación. Cuando el apareamiento es
consumado, las hembras poner dos huevos, los que necesitan el abrigo materno
durante 36 días. Aunque los polluelos
crecen rápido, alcanzando la estatura máxima de la especie a los 60 días de
vida, durante un mayor lapso su plumaje es de color pardo y tarda algunos meses
en transformarse y parecerse a los adultos. Por el medio en que se
desenvuelven, estos pingüinos son extraordinariamente hábiles para trepar y es
curioso verlos desplazarse en filas, uno detrás del otro; o deslizarse por el
hielo sobre el vientre, como patinando.
Fuentes relacionadas:
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