¿Por qué el pelo de la cabeza crece más que el del resto del cuerpo?

Hace mucho tiempo, cuando aún éramos parientes cercanos del resto de los simios, la moda era utilizar pelo largo. El vello corporal nos cubría de las temperaturas, sirviendo como filtro y ayudándonos a conservar nuestra temperatura corporal. Sin embargo, el paso del tiempo y la evolución fueron diezmando nuestro vello corporal, restringiéndose a crecer en menor medida y en concentraciones mucho menores (aunque hay casos que prueban lo contrario).

El hecho es que el hombre y la mujer de hoy harían todo lo posible por eliminar el vello que crece en determinadas zonas de su cuerpo. Por ejemplo, un hombre promedio pasa un mes entero de su vida afeitándose, mientras que no me animaría a contar todas las horas que puede llegar a pasar una mujer quitándose los pelos de las piernas.

Sin embargo y a pesar de que lo afeitemos, el vello que crece en nuestro cuerpo tiene un límite de crecimiento. Por algo posees cejas que no varían en longitud, y lo mismo ocurre con el vello de tus piernas, de tus brazos, de tu pecho, etc. Sin embargo, el caso del cabello de tu cabeza es diferente, pues te habrás dado cuenta que crece mucho más que el vello que está distribuido en las partes de tu cuerpo. No obstante, aunque no lo parezca, también tiene un límite. ¿A qué se debe esto?

Nuestro pelo atraviesa diferentes ciclos de crecimiento. En nuestra epidermis existe un constante proceso de división celular que repercute en la longitud del cabello. Así, cuando éste está activo se atraviesa la fase anágena, mientras que cuando finaliza, a ésta le subsigue la fase telógena, donde el cabello se toma un descanso y deja de crecer.

Estas duraciones son las que determinan el crecimiento del cabello en general, pero la duración de las mismas varía de una región corporal a otra. La fase anágena del pelo de la cabeza tiene ciclos mucho más largos que en otras partes del cuerpo, y por ello crece durante más tiempo que las demás. Aunque ello no quiere decir que crezca indefinidamente; posee un límite, el cual oscila más o menos entre los dos y ocho años dependiendo de la persona.