Las aves han desarrollado con maestría la
comunicación auditiva, por lo que son, sin duda alguna, los vertebrados con el
repertorio más complejo de producción de sonidos, que alcanza su cúspide en los
elaborados cantos de las paseriformes o aves canoras.
Las aves son capaces de emitir una gran variedad de
sonidos vocales, desde llamadas y gritos hasta cantos espectaculares. Esta es
una característica que presentan la mayoría de las especies, a excepción de
unos cuantos grupos como las cigüeñas, los zopilotes y algunos pelícanos,
quienes, sin embargo, son capaces de producir sonidos mecánicos mediante el
movimiento de su pico o sus alas.
Los sonidos vocales son básicamente de dos tipos: 1)
las llamadas, que son sonidos breves de estructura acústica simple,
compuestos de una o dos sílabas, en las cuales, por lo general, no hay un
patrón definido; y 2) el canto que, por el contrario, es una serie larga
de notas armoniosas producidas por el ave en secuencias y patrones definidos en
el tiempo; es, por lo tanto, una melodía bien construida. La complejidad del
canto varía entre las especies y entre las poblaciones, e incluye también una
gran capacidad de aprendizaje por parte de los individuos.
En casi todos los grupos de aves vamos a encontrar
una estructura responsable de la producción de sonidos, la siringe, que
es un órgano peculiar de las aves localizado en la parte baja de la tráquea,
justo en el punto donde se divide en los bronquios, por lo que
podemos deducir que está asociada con el aparato respiratorio y funciona
gracias al paso de aire por ellas de manera análoga al funcionamiento de la
laringe y las cuerdas vocales de los mamíferos. La siringe está formada
principalmente por los cartílagos traqueales y bronquiales, los cuales se
ensanchan para formar una caja de resonancia. Unidos a estos cartílagos se encuentran
varios músculos externos, los cuales tienen la función de dilatar o reducir la
luz del tubo de la siringe con el objeto de regular el aire. Por la parte
interna de los bronquios se encuentran uno o dos pares de membranas vibrátiles,
llamadas membranas timpánicas, las cuales, dependiendo de su grosor y apertura,
vibran de modo diferencial para producir los distintos sonidos. Este
aparentemente sencillo sistema es el responsable de la producción de los
sonidos más bellos que se dan en el mundo animal.
La complejidad del canto está en relación con el
número de músculos y aros cartilaginosos asociados al sistema fónico. Se sabe
que la mayoría de las aves que no pertenecen a las paseriformes cuentan con
siringes de baja complejidad, por lo que sus voces son generalmente muy
simples. Por ejemplo, las palomas, los patos y las gaviotas tienen solamente un
par de músculos unidos a la siringe; los colibríes y algunas paseriformes
primitivas tienen dos, mientras que las aves canoras de canto más complejo
llegan a tener hasta nueve.
El mecanismo por el cual se producen los sonidos es
muy simple; los pulmones y los sacos aéreos forman columnas de aire que son
forzadas a pasar a través de las membranas timpánicas, las cuales son tensadas
gracias a la fuerza de los músculos siríngeos. La tráquea servirá de caja de
resonancia que amplificará los sonidos de acuerdo con su tamaño; por ejemplo,
es muy grande en los gansos y patos, por lo que sus sonidos son roncos y con
gran resonancia. Es posible que solamente un par de las membranas funcionen al
momento de cantar, pero en las siringes complejas las cuatro funcionan de
manera casi independiente, por lo que es posible que los centzontles, los
zorzales y los cuitlacoches produzcan dos notas distintas al mismo tiempo, es
decir, un dueto de una sola ave.
Existe además una relación muy interesante entre el
tamaño del ave y el tono y frecuencia de su canto. Las grandes aves nocturnas,
las grullas y los cuervos tienen voces muy graves y roncas, mientras que los
gorriones y los chipes voces agudas. Sin embargo, algunas aves, como los
centzontles y los búhos, son capaces de producir sonidos en escala muy amplia,
gracias a lo complejo de su siringe.
El canto constituye una disposición para la cual
las aves se han adaptado de manera sorprendente. Se halla en relación con la
fineza de su sentido del oído, que participa en una gran cantidad de sucesos
del ciclo de vida de las especies. Su función en la reproducción es muy
variada. Generalmente sirve para evidenciar el sexo del individuo, pues a pesar
de que machos y hembras tienen generalmente el mismo desarrollo de la siringe,
en algunas especies sólo los machos cantan. Los cantos también sirven para
demostrar que el individuo es dominante y, por lo tanto, está dispuesto a
defender su pareja o su territorio ante cualquier enemigo. También funciona
como un estimulante sexual para las hembras, para identificarse ante su pareja,
y avisar a los pollos que se les va a alimentar. Más importante que todo lo
anterior es que el canto es distintivo exclusivo de cada especie, y los
individuos pueden distinguir variaciones muy sutiles entre el canto de un
individuo de su especie y otro de una parecida. Es, entonces, un excelente
mecanismo de aislamiento reproductivo.
En la vida social de las aves el canto es también
muy importante, pues sirve para mantener unido al grupo, para transmitir
información a otros individuos acerca de los lugares donde hay alimento o de
alarma cuando aparece un depredador, o simplemente para enseñarles a otros
individuos el canto propio de la especie.
La mayoría de las especies tienen cambios
estacionales, o ciclos anuales, en el canto. Gran parte solamente cantará
durante la época reproductiva, mientras que los sonidos producidos fuera de
aquélla son sólo llamadas simples, lo que ha llevado a pensar a algunos
investigadores que algunas partes del canto están relacionadas con los ciclos
hormonales. También es evidente que el canto experimenta variaciones diarias;
en las primaveras y los zorzales es más fuerte y continuo durante la mañana y
al anochecer, disminuyendo su frecuencia a lo largo del día. Las palomas y
algunos saltaparedes sólo cantan cuando el Sol está en el cenit. En las aves
nocturnas, es el ocaso el que dispara el canto, lo que nos demuestra la
importancia del ciclo del Sol en esta conducta.
Las llamadas y cantos de las aves son tan variados
en una especie que se puede decir que forman un vocabulario. Cierta llamada
particular puede significar que un depredador se encuentra cerca, y por lo
tanto advertirá a otros individuos del peligro. Algunas aves utilizan ciertos
sonidos para avisar a los otros de la presencia de comida. Curiosamente, las
poblaciones geográficas de una misma especie pueden tener variaciones menores
en sus cantos, los cuales son conocidos como dialectos, y equivaldrían a
los diferentes acentos que tienen, por ejemplo, las personas de la costa y las
de la ciudad aunque hablen el mismo idioma. Más fascinante es el hecho de que
las sutiles diferencias individuales en la voz son detectadas por otros
individuos, lo que permite a un padre reconocer a sus polluelos aun dentro de
una colonia llena de pollos de la misma edad, como lo hacen las gaviotas.
Lo anterior ha llevado a los científicos a
preguntarse si el canto es una conducta aprendida o heredada genéticamente de
los padres. Estudios de laboratorio han demostrado que la propia estructura de
la siringe limita la variedad de sonidos que un individuo puede producir en
cuanto a tono y frecuencia. Parte del canto es innato, puesto que los pollos son
capaces de producir los sonidos característicos de su especie desde muy
temprana edad. Sin embargo, la estructura del canto, la secuencia y frecuencia
de las notas son en gran parte aprendidos de los adultos, por lo que un pollo
pasa por una etapa de aprendizaje y perfeccionamiento del canto durante su
desarrollo.
Esta capacidad de aprender y repetir los sonidos ha
hecho que muchas aves sean expertas en la mímica. Los centzontles (su nombre
significa en náhuatl cuatrocientas voces), los cuitlacoches y los mulatos son
capaces de aprender gran variedad de sonidos, como los cantos de otras aves,
ladridos de perro y maullidos de gato. De igual manera se ha visto que las aves
lira de Australia son capaces de imitar los sonidos de los cascos de un
caballo. Los maestros del arte de la mímica son, sin duda, los loros, que
pueden reproducir una gran variedad de sonidos gracias a sus robustas lenguas,
los cuervos y las aves mynah, todos los cuales son muy populares como mascotas
debido a su capacidad de imitar la voz humana.
Ya habíamos hablado de las aves que carecen de
siringe. Las cigüeñas se comunican entre sí a través de posturas y castañueleos
producidos por movimientos rápidos del pico. Los carpinteros se comunican
mediante los ruidos que hacen mientras taladran los árboles y los guacos
producen sonidos golpeando el suelo con sus patas.
Sin embargo, es bien interesante saber que muchos
sonidos son producidos por las modificaciones que las aves tienen en las
plumas. Los guacos y algunas alondras africanas aletean y producen ruidos
fuertes, rítmicos y de frases establecidas. Las plumas externas de la cola de
las agachonas son rígidas y delgadas, de modo que los movimientos bruscos
producen sonidos silbantes o cascabeleos que también son utilizados como medio
de comunicación. Los turquitos siguen patrones de cortejo muy complicados, que
también incluyen la producción de sonidos a través de las modificaciones de las
plumas primarias, las cuales tienen el raquis engrosado y aplanado, y al
golpear unas con otras producen sonidos zumbantes. Sin embargo, la mayoría de
los sonidos producidos por las aves provienen de la siringe.
Para
desentrañar los misterios del canto, los científicos han desarrollado diversas
técnicas muy complejas. La grabación es la más utilizada, y nos permite conocer
los cantos de las diferentes especies si el oído llega a acostumbrarse a
distinguir las ligeras variaciones. Desgraciadamente, muchas veces no es
posible observar las diferencias en los cantos sin hacer uso de tecnología
avanzada. Las grabaciones de los cantos se analizan en un aparato llamado
analizador de sonogramas, en el cual se producen impresiones de las sílabas,
tonos y frecuencias de las diferentes partes de un canto, de
manera que es muy sencillo estudiarlos y compararlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario