Es actualmente momento en el que les debemos de explicar a los
niños michoacanos que cuentan constitucionalmente con derecho a la
educación, pero el cual hasta ahora ha representado para la gran
mayoría de nuestros compatriotas una prerrogativa pírrica y simulada, es
decir, un “derecho patito”, ya que solamente dos de cada diez niños terminan la
educación obligatoria, pero solo uno logra los aprendizajes previstos.
Más aún, en Michoacán de Ocampo, de 100 niños que ingresaron a primero de
primaria en 1994, solo 9.1 de ellos lograron graduarse en tiempo y forma en
este verano de 2012.
Es constantemente criticado el hecho de que estemos señalando
que existe una enorme crisis en el sistema educativo, hecho que siempre abordan
los detractores desviando la atención del tema central. Es sencilla la razón:
¿acaso los funcionarios ó líderes sindicales educativos tendrían la entereza
para hablar descarnadamente con cada uno de nuestros niños y decirles a esas
conciencias infantiles que concluir una carrera universitaria actualmente es
casi improbable?
Debido a que para la gran mayoría de ellos prevalecen los
intereses extraeducativos en la toma de decisiones, el costo político de
realizar tal acto de franqueza les representaría un monto brutal o el fin de su
carrera política-sindical. Sin embargo, les resulta prácticamente gratuito
continuar realizando maniobras contingentes en algunos focos rojos del sistema
educativo, mientras el resto se hunde silenciosamente en la ineficiencia, la
falta de obtención de resultados en el aprendizaje y en una enorme simulación.
Mexicanos Primero desde su creación ha puesto el dedo en la llaga
con sus informes anuales del estado de la educación en el país, que en
esta ocasión está orientado en prospectiva, proponiendo metas a mediano plazo e
incluyendo caminos sugeridos para alcanzarse. “Ahora es Cuando” es el título de
la edición 2012 y puede leerse gratuitamente en el portal web de la asociación.
La fórmula del éxito que describe Mexicanos Primero está
resumida en dos metas y cuatro caminos. La primera implica alcanzar al mundo en
cantidad educativa, logrando 200 días efectivos de clases, contando con 6.5
horas diarias de enseñanza-aprendizaje, con calidad y durante 12 años de
escolaridad por cada niño mexicano.
La segunda implica que todos los escolapios consigan aprendizaje
de clase mundial, con resultados en la prueba PISA equivalentes a los de la
OCDE en comprensión lectora, matemáticas y ciencias, es decir, que se formen en
los alumnos capacidades que los posibiliten para desarrollarse a
plenitud.
Para ello se proponen cuatro caminos para realizar una
transformación educativa de fondo:
1. Recuperar la rectoría del Estado mexicano en educación. Recobrar volante,
acelerador, freno y palanca de velocidades para alcanzar los resultados
en el tiempo, dirección y sentido correctos. Para ello se requiere concluir con
la dictadura sindical sobre los procesos de selección e ingreso al servicio,
promoción, pago y estímulos a los maestros, establecer la condición de
empleados de confianza para directivos y supervisores y eliminar comisiones
mixtas que no tengan que ver estrictamente con temas de justicia laboral.
2. Profesionalización docente. Mejorando las
condiciones para los buenos maestros y directivos, quienes más enseñen y más
empeño pongan en su trabajo. Se propone reformar a fondo la formación inicial,
concursando todas las plazas de maestro, director y supervisor, sin excepción,
haciendo obligatoria la Evaluación Universal de maestros y conseguir que tenga
consecuencias, así como promover la relación tutora como el modelo central de
enfoque pedagógico, es decir, aquella de maestro –aprendiz.
3.- Gasto transparente y eficiente. Eliminando las prácticas
de despilfarro, corrupción e ineficiencia que condicionan el derecho a
aprender, urgiendo calidad en el gasto. Ello implica contar con una nueva
fórmula de distribución de recursos a los estados más justa, auditable y
progresiva del gasto. Asimismo, completar el padrón nacional de trabajadores de
la educación, eliminando la doble negociación salarial y comisiones no
educativas.
4.- Autonomía y participación de las escuelas. Esto es, empoderar a las
escuelas con mayores recursos y facultades de gestión, para que la escuela sea
el crisol de una sociedad renovada, otorgando identidad jurídica a la escuela,
consolidando auténticos distritos escolares, estableciendo una política
nacional de participación ciudadana y un sistema funcional de rendición de cuentas,
orientando la escuela al aprendizaje y no a los trámites administrativos.
De acuerdo al pronóstico que realiza Mexicanos Primero, de cada
cien niños que ingresaron a primaria en este ciclo escolar en Michoacán,
de seguir la tendencia actual, solamente 33 egresarán de bachillerato. La meta
altamente retadora es que en 2024 sean 85 de cien. Asimismo, la
segunda meta implica que superemos el pronóstico tendencial de obtener 473
puntos en la prueba PISA en 2024 y alcancemos 543.4 puntos.
En suma, todos somos responsables de la situación de nuestra
educación y de contribuir a su mejora.
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