Los hornos microondas funcionan utilizando ondas electromagnéticas que actúan
sobre las moléculas de agua en líquidos y alimentos, pero a veces los
contenedores terminan absorbiendo gran parte de la energía.
Esto se vuelve una desagradable sorpresa cuando uno descubre que el asa de
nuestra taza está hirviendo y el café que uno deseaba calentar está frío.
Según el profesor Ian Hunter, experto en microondas de la Universidad de
Leeds, eso se debe a la concentración de energía causada por efectos de
resonancia.
Hunter dice que es como en los columpios de un parque para niños: si se
empuja a un ritmo adecuado, el columpio llega cada vez más alto con poco
esfuerzo.
Si las microondas encuentra una superficie del tamaño y el material adecuado,
como un asa de cerámica, el resultado puede ser efectos de resonancia que
concentran la energía en el asa y no en el líquido.
Orale ahora ya se por que la taza sale bien caliente y el agua parece un hielo...
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