LAS RELACIONES INTERPERSONALES EN LA ESCUELA SECUNDARIA
(profesor-profesor, profesor-director y viceversa)
EL PROFESOR Y SU
SALUD
Uno de los males
que aquejan a los docentes en actividad es el síndrome de burn out (del
quemado). Si analizamos los términos encontramos por un lado, síndrome que hace
alusión a un conjunto de signos y síntomas que aparecen en forma de cuadro
clínico. A su vez, burn out está
producido por un estado de agotamiento físico, mental y emocional, provocado por la implicación en situaciones emocionales
que afectan negativamente el rendimiento del
trabajador docente.
Una de las
fuentes amenazadoras y productoras de malestar y sufrimiento es la relación con los otros seres humanos. Según Freud, esta es la más dolorosa ya que
surge de las mismas instituciones que el hombre crea para su protección; en
este caso, la escuela.
Mucho se habla de violencia escolar, entre los
alumnos, pero ¿quién habla sobre la violencia simbólica que atraviesa todas las
relaciones en la escuela? Sobre todo de las relaciones entre profesores entre
sí y entre profesores y directivos.
La violencia es
una forma de ejercicio del poder (mal entendido) mediante el empleo de la
fuerza ya sea física como psicológica y va desde el grito, la mirada, el acoso,
el hostigamiento, la invisibilidad, sutiles presiones, ridiculizaciones,
amenazas veladas y, en definitiva, la negación de los derechos de las personas.
Hay violencia cuando se acaban las palabras, el poder se maneja
arbitrariamente, negándose todo cuestionamiento desde la ignorancia o la mala
fe.
Se pueden dar
numerosos ejemplos: cuando no se le permite hablar a un colega en una reunión
de docentes, cuando un docente cree que su directivo no lo apoya cuando disiente
con él, cuando justamente se construye desde las diferencias.
No permitirle al
otro expresar su queja, sus sueños, generan malestar: una gran violencia. Todo
lo contrario, si se le permite expresar se disminuye la posibilidad de
enfermarse física y psíquicamente. El cuerpo, que parece una máquina perfecta,
no llega muy lejos sin el combustible de los sueños. ¿Acaso el directivo se
preguntó alguna vez cuáles son los sueños y expectativas de un profesor cuando
llega por primera vez a la institución?
¿Qué modelo
ofrece un directivo, un profesor, cuando ejerce violencia?, ¿se puede hablar de
modelo cuando impera la discriminación, la soberbia, la insolencia y falta de
respeto?, ¿qué proyecto es posible cuando no se favorece el encuentro entre
personas? Se dice una cosa, pero se hace otra, no hay coherencia entre el decir
y el hacer, cuando por ejemplo en los papeles están impresas las frases: “Escuela
democrática”, “Se trabajarán los valores”. ¿Qué valores? “solidaridad”. ¿Qué se
entiende por solidaridad? ¿Y cuándo se habla mal de un compañero en sala de
profesores en ausencia de éste?
Hay asombro cuando
por televisión se transmiten peleas entre alumnos ante la mirada atónita de los
demás sin hacer nada, sin inmutarse. Los adultos, también hacen lo mismo, “el
no te metas”, observan, miran.
¿Cuántos
profesores dan la cara por un compañero si se enteran y ven que hay violencia
hacia un colega? Si los hay, son realmente pocos.
Cuando se ejerce presión o persecución laboral hacia un docente, éste
termina renunciando a las horas, pidiendo concentración en otras escuelas, o
enfermándose. Las tan vapuleadas carpetas médicas dan cuenta de ello, es que
cuando no se está contenido en una red afectiva, más efectos nefastos acarrea.
Cuando el profesor cambia de escuela se suele escuchar: “mirá la disciplina
de los alumnos en esta escuela no es buena, pero por lo menos el director me
deja trabajar tranquilo/a”. Cuando no logra cambiar de escuela, las faltas son
reiteradas, llegándose a decir: “cada vez que tengo que ir a la escuela, voy
con un nudo en el estómago”, “a ese director conviene hablarle poco, no sabés
con qué te puede salir, cómo te puede contestar”,”si tan sólo pudiera tomar
licencia sin goce de haberes”.
En un clima de inseguridad, desde el malestar, no se puede educar.
TODO DIRECTIVO DEBERÍA SABER…
Para que un
profesor no llegue a enfermarse, los vínculos sociales deberían estar
sostenidos por la palabra, el poder,
el conocimiento. Estos vínculos serán saludables si ellos se distribuyen
equitativamente y aprenden a usarlos de manera equitativa. Un director debería
saber que no todos los profesores que tiene a su cargo son iguales. Que cada
uno tiene su historia personal al igual que los alumnos, que son SERES HUMANOS.
Que cada docente, le
guste o no forma parte de la COMUNIDAD
EDUCATIVA. Tener en cuenta al docente tal cual es y no, según sus
necesidades e intereses.
Permitirle al
otro que se expresa, reconociendo la escuela como un lugar de encuentros, saber
distribuir la palabra es reconocer en el otro la capacidad de pensar y de
hacerlo de un modo diferente”
Saber que debería
ser como un director de orquesta, hacer música con todos los docentes. Y, si un
profesor se equivoca, acompañarlo en la aceptación del error y el replanteo de
sus deseos.
Cuando un profesor
es escuchado se siente: valorado, cuidado, agradecido, apoyado, menos solo,
apreciado, importante, comprendido, aliviado… Cuando no es escuchado se siente:
aislado, humillado, enojado, inseguro, solo, que no se cuenta con él,
impotente, frustrado…
Algunos
escritores sostienen que se puede escuchar sin comprender. Hay cosas que no se
pueden comprender pero sí escuchar y respetar a la persona. Reconocer que paz
no es ausencia de conflictos, sino el resultado de haberlos sabido resolver”.
Por último, no olvidar que el gran objetivo de la institución es el de la vida,
saber ver el sentido profundo de la
vida.
Para ir
finalizando…
¿Cómo hacer para
no enfermarse?, ¿cómo prevenir?, ¿cómo salir del burn out?
. Reconocer que los acontecimientos muchas
veces se dieron como uno hubiese querido que se dieran.
No
significa que uno esté de acuerdo, simplemente reconocer qué pasó, dejando de
lado pensamientos negativos que enferman más el cuerpo y el alma. En algunos
casos que llegan a ser crónicos, se llega a solicitar cambio de ámbito laboral.
. Trabajar
honestamente por nosotros mismos, en defensa de nuestra salud mental y de
nuestra realización personal y profesional.
. Reflexionar
sobre nuestras propias prácticas. Buscar espacios de reflexión grupal e
individual.
. No potenciar el
silencio, dar la palabra, expresar la queja, rechazando climas institucionales
agobiantes.
. Resolver los
conflictos por la vía del amor y la inteligencia. Saber que es difícil que las
personas cambien, pero sí pueden
mejorar.
. Tener muy presente
que los jóvenes que se preparan para ser adultos miran para ver cómo construyen profesores y directivos los vínculos, cómo lo están haciendo (el mensaje que transmiten).
Convivencia significa “vivir con”.
Los verdaderos modelos de vida, son aquellos que dan
lo mejor de sí, que responden a las exigencias que, por respetarse a sí mismos,
respetan a los demás, construyendo
desde el descenso, ejercitando la tolerancia. Verán siempre lo mejor en el
prójimo, que, para que sean considerados personas, hay que contribuir al
desarrollo de sus potencialidades. Negar que se aprenda mejor desde la cara del
amor, sería deshumanizar la educación. En la vida, todos estamos aprendiendo,
aprende el docente de sus alumnos, aprende el directivo de sus docentes.
La situación de
crisis en la que estamos inmersos debe ser un estímulo para crear y no para
sucumbir. La escuela es un tren que debe marchar; que se deslice feliz y lleve
las maletas con actitudes positivas, optimistas. Y debe saber detener la
marcha, saber qué clase de pasajeros somos con nosotros mismos y con los demás.
La vida no es
sólo sobrevivir. La idea es superarnos, nutrirnos de alegría y amor, luchar por
la paz y el bien.
Es muy importante que dentro del centro de trabajo, las relaciones humanas o interpersonales se fomenten con valores y respeto, ya que la escuela es nuestro segundo hogar, debemos dejar a un lado las envidias y criticas a nuestros compañeros, debemos respetarnos unos a otros y apoyarnos en el concepto enseñanza- aprendizaje, ya que de esta manera mejoraríamos no solo nuestra calidad de vida , sino también el entorno donde se desarrollan muchos niños, brindándoles un buen ejemplo de respeto.
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