El film comienza retratando la juventud de Steve Jobs y Bill Gates, futuros creadores de Apple y Microsoft respectivamente. Por estas fechas, estas personalidades son tan nombradas en todos los medios que es una buena oportunidad para repasar sus historias desde el comienzo.
Controversias, robos, peleas: el conflicto brota a cada momento. Y es que desde los primeros ensayos en un garage hasta las masivas y gigantescas empresas que aun hoy desbordan poder y dinero, hay un largo trecho.
Perdonemos los altibajos estilísticos y rítimicos de una no muy feliz realización para tv, e introduzcámonos más relajados en una buena historia, basada en hechos reales, para poder divertirnos y aprender cómo se gestó este increíble fenómeno.
Ahí habíamos dejado a un hippie y barbudo Steve, que debe aprender a afeitarse y ponerse un traje para pedir algunos préstamos y hacer presentaciones en pos de ampliar su pequeño negocio. A unos kilómetros de allí, el extremadamente nerd Bill intenta abrirse paso desde una pequeña habitación de un motel. ¿Estos son los futuros dueños del mundo? Oh, sí.
Llamémoslo suerte, llamémoslo habilidad para los negocios: quizá no es necesario demasiada habilidad para la computación, después de todo. “Los grandes artistas copian, los genios roban”, se dice por allí, y ésta parece ser la clave de todo. Xerox, IBM, todos reciben algunos golpes. E incluso entre nuestras dos grandes empresas, los manotazos van de aquí a allá sin descanso. ¿Quién creó a quién? ¿Quién fue el genio? Un tipo ríe por ahí contento por vender un sistema operativo por 50 mil dólares, que luego sería vendido por millones. Otro muestra orgulloso su interfaz gráfica y su extraño mouse, que nadie ha querido aceptar. Un empresario observa incrédulo: ¿una computadora personal? ¿Para qué querría un usuario común una computadora personal? Los no avispados quedarán en el camino, y sólo los más fuertes podrán conocer el éxito, a cualquier precio.
Casi una historia de mafias, pero que sin embargo no pierde de vista la humanidad de quienes fueron tan sólo un par de niños jugando con circuitos en los recreos, este film es especial para estos días en que estos temas dan de hablar; los invitamos entonces a disfrutar de ésta joyita ¡Nerds del mundo, uníos!
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