Convivir con la naturaleza (foto de Jaime Cristóbal López)

lunes, 18 de febrero de 2013

Por qué el viento impidió el salto de Baumgartner




Foto: Redbullstratos. Todo estaba preparado ayer para el lanzamiento

La culpa fue del viento. Cuando ya estaba todo listo, Baumgartner enfundado en su traje, el enorme globo desplegado y todo el equipo en alerta, el esperado lanzamiento que llevaría a un hombre a superar por primera vez la velocidad del sonido, con un salto sin precedentes a 36.576 metros de altura, tuvo que ser abortado. Y es que el viento es el mayor de los enemigos del gran globo que debía de llevar al intrépido piloto hasta la altura prevista. Este jueves, con unas previsiones mejores, Baumgartner volverá a intentar su histórico salto.



El globo, en efecto, es uno de los elementos más delicados de toda la misión. Tanto por sus enormes dimensiones como por el delicadísimo material del que está hecho. Pero veamos algunos datos. Tras ser desplegado, el globo alcanza la altura de un edificio de 55 pisos y una superficie de más de 160.000 metros cuadrados. Está hecho de una película de plástico (Poletileno de alto rendimiento) de apenas 0,02032 milímetros de espesor (más fina que las bolsas de plástico que usamos para congelar alimentos). 

Y es tan delicado que una vez sacado de su envoltorio no puede volver a guardarse. O se usa en el momento, o se tira a la basura. Para manipularlo, los especialistas encargados de su despliegue utilizan un calzado especial y suaves guantes de lana. Una vez inflado (operación que lleva cerca de ocho horas), el globo contiene 849.505 metros cúbicos de helio.

Pero este auténtico monstruo de los aires solo puede cumplir con su cometido si se dan una condiciones meteorológicas muy determinadas. Y la primera exigencia es que la velocidad del viento no supere los 3,2 km. por hora. Solo así podrá despegar y empezar a elevarse sin que su carga (en este caso el piloto austríaco dentro de su cápsula) corran ningún riesgo. Un viento mayor podría desgarrar (literalmente) la fina película de plástico y causar, por lo tanto, una tragedia. 


La fuerza del viento, además, debe ser la misma en la parte inferior y en la superior del globo, y no olvidemos que su altura es la de un edificio de 55 pisos... Los momentos más peligrosos se producen justo después del despegue y hasta que el globo ha superado los 300 metros de altura. Cualquier imprevisto por debajo de los 300 metros supondría, en efecto, la falta del tiempo suficiente para desplegar los paracaidas del piloto y de la cápsula. 

Antes de los 300 metros, además, un simple golpe de aire más fuerte que el previsto podría hacer que la cápsula se fuera arrastrando por el suelo, o que el globo gane (o pierda) bruscamente altura, situaciones que resultan extremadamente peligrosas. La velocidad de ascenso inicial del globo es de unos 300 metros por minuto, aunque a partir de los 30.000 metros prácticamente se duplica. En total, tardará entre 2,5 y 3 horas en alcanzar los 36.756 metros necesarios para realizar la prueba.

http://www.abc.es/blogs/nieves/storico.asp?s=Ciencia&m=&pagina=6&ordinamento=desc

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