Convivir con la naturaleza (foto de Jaime Cristóbal López)

viernes, 8 de marzo de 2013

La reforma educativa explicada con manzanas


Tu casa tiene un huerto. El nivel de vida de tu familia y su futuro, depende de qué tan buenas, jugosas y maduras, sean las manzanas que produce ese pedazo de tierra que posees. Tu tierra es fértil y generosa, capaz de dar los mejores frutos de la región y la semilla es inmejorable, pero ahora tu tierra está en problemas.
Lo sabes porque los resultados de las pruebas que los expertos agrónomos han realizado de tus manzanas, son deplorables. Inmediatamente acudes a la encargada de proporcionarte el abono para la tierra y ella te dice que es culpa del dueño de la fábrica de fertilizante. Tu problema es más grave aún porque la encargada representa a la única compañía capaz de solucionar tu problema, por el número de productos que maneja y porque ese es, según las especificaciones, el mejor guano para tu terreno.
El dueño de la fábrica dice que la culpa es de la encargada, porque está alterando el fertilizante para su uso y provecho personal y tú, desesperado porque ves el futuro de tu familia en peligro, le exiges que corra a la encargada ¡faltaba más! Él es el dueño. Para tu sorpresa, durante 12 años no solamente no hizo nada, sino que negó tajantemente que tu futuro estuviera en riesgo.
Para avalar lo anterior, contrató expertos que aplicaron un solo instrumento de evaluación, que no medía ni de lejos la mayoría de los factores involucrados en la debacle de tu huerto.
Sin embargo, en aras de demostrarle al dueño de la fábrica de fertilizante que está equivocado, le presentas los mismos resultados de las pruebas que los expertos agrónomos hicieron a tus manzanas, antes de que la encargada del abono consiguiera estímulos económicos para quienes aplican los tests.  Este es el resultado

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