Convivir con la naturaleza (foto de Jaime Cristóbal López)

viernes, 8 de marzo de 2013

La urgencia de Wirikuta

Wirikuta es para nosotros, el pueblo Wixarika, la base fundamental de nuestra vida comunitaria y familia.
Sin Wirikuta nos morimos como Pueblo.
Autoridades wirrárika

México. En la concesión de permisos mineros que afectan la zona sagrada de Wirikuta, “el Estado es quien cometió irregularidades y no consultó al pueblo”, explica a Desinformémonos Santos de la Cruz, presidente del comisariado autónomo de bienes comunales de Bancos de San Hipólito y miembro del Frente en Defensa de Wirikuta. “Por eso le demandamos que busque alternativas para solucionarlas”, agrega.

Las autoridades tradicionales y de bienes comunales de San Sebastian Teponahuaxtlán, Tuxpan de Bolaños, Santa Catarina Cuexcomatitlán y Bancos de San Hipólito, que representan la voz de maraakame, consejos de ancianos y asambleas de más de 500 centros ceremoniales wirrárikas, reafirman ante el nuevo gobierno federal la defensa de Wirikuta ante la minería y las agroindustrias.

A un año de la realización del peregrinaje tradicional del 7 de febrero del 2012 en el Cerro Quemado, Wirikuta, en San Luis Potosí, el Consejo Regional Wixárika peregrinó, ahora a la Ciudad de México, para reiterar sus demandas y entregar sus exigencias al nuevo ejecutivo por medio de dos cartas.

De la Cruz señala que sus demandas son las mismas y “nuestra posición es clara; estamos consolidando también la organización comunitaria y con otros pueblos”.

Las exigencias, plasmadas en una “carta urgente” también dirigida a los pueblos y gobiernos del mundo, recapitulan los asuntos no resueltos por la administración del ex presidente Felipe Calderón: Declarar a Wirikuta Área Natural Protegida; cancelar las concesiones mineras -de acuerdo a la recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos-; clausurar las empresas agroindustriales jitomateras; e inscribir a Wirikuta en el listado de Patrimonio Material Natural y Cultural de la Humanidad en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Lugar de incalculable riqueza cultural, espiritual y natural; situado en la planicie y la sierra de Catorce, Wirikuta es parte de la Red Mundial de Sitios Sagrados Naturales. En 1999 fue declarado por la Unesco uno de los 14 sitios naturales sagrados del mundo que deben ser protegidos. A Wirikuta va el pueblo wixárika para recolectar el jícuri (peyote).

Cada año, desde tiempos inmemoriales, acuden en peregrinación recreando la larga ruta que recorrieron sus antepasados durante la formación del mundo, hasta donde nació el Sol, en el semidesierto de Real de Catorce. Allí descansan los antepasados y los ojos de agua, también sagrados para los huicholes.

Los delegados wixaritari plantean que la designación de Wirikuta como Área Natural Protegida debe hacerse desde un enfoque biocultural, que garantice los derechos humanos de los habitantes de los ejidos, así como los derechos territoriales de los pueblos ancestrales, así como la restauración ecológica.

Wirikuta es un oasis biológico en el desierto. Alberga 80 por ciento de las aves de todo el desierto, 60 por ciento de los mamíferos y el 50 por ciento de la flora nativa. El territorio sagrado de los wixaritari son 14 mil hectáreas que están principalmente en el estado de San Luis Potosí. Cerca del 70 por ciento está amenazado por concesiones mineras y proyectos agroindustriales. La demanda de los pueblos originarios, para los cuales esta zona es el centro del mundo y del nacimiento de sus dioses, es que toda la zona quede libre de minería y no se vuelvan a expedir concesiones.

El asunto demanda atención urgente debido a la gravedad de la afectación ecológica, social y espiritual que se cierne sobre el pueblo wixárika y sobre los ejidatarios en la región, quienes serían los mayormente afectados, señala Tunuary Chávez, coordinador de la mesa ambiental del Frente en Defensa de Wirikuta: 13 localidades sufrirían la escasez inmediata del agua y la desecación de las fuentes fluviales -entre ellas Estación Catorce, Estación Wadley, Coronados, Ojo de Agua, San Cristóbal, La Cañada y La Palma-. Por otra parte, el costo social es muy alto puesto que de 3 mil 110 habitantes, tan solo 166 personas podrían ser contratadas debido al rango de edad laboral.

Los avances
Los wirrárika no se han quedado quietos. Después de la realización del festival musical Wirikuta Fest, en mayo de 2012, las comunidades se dedicaron a fortalecer la organización comunitaria, a seguir la defensa legal y a implementar proyectos productivos y de restauración ecológica, como baños secos, tuberías, un centro de capacitación y árboles frutales.

“Sabemos que lo jurídico son procesos largos”, señala Santos, además de que los jueces les dan largas, agrega. Está vigente una suspensión que señala que las cosas deben quedarse en el estado actual y que afecta directamente a las actividades de la minera First Majestic Silver.

“Nosotros seguimos documentando las irregularidades que se cometen no sólo por parte de las minas, sino de las empresas jitomateras, que causan una gran devastación y afectan a la flora y la fauna”, precisa De la Cruz.

La campaña contra los originarios

Para enfrentar a los pobladores mestizos de la zona con los indígenas y evitar que se decrete a Wirikuta Reserva de la Biósfera, tanto la empresa minera First Majestic (propietaria de 22 concesiones mineras dentro del área sagrada) como el presidente municipal de Catorce emprendieron una campaña de difamación, denuncian las autoridades wirrárika y la Asociación Jalisciense de apoyo a Grupos Indígenas (AJAGI).

Los wirrárika buscan el acercamiento con los pobladores mestizos, indica Santos de la Cruz, aunque ha sido difícil por las ideas que propaga la minera. “Ellos quieren empleos y la empresa dice que los van a generar sin contaminar”, señala Santos, comisario de Bancos de San Hipólito, Durango, quien precisa que la escasa agua existente será indudablemente contaminada de permitirse la explotación minera.

El otro argumento es que con la declaratoria de Reserva de la Biósfera, los wirrárika despojarían a los mestizos de la tierra y no les permitirían sembrar, “pero ya lo estamos aclarando con ellos”, señala De la Cruz.

“Entendemos que esta campaña no nace de los habitantes”, precisa Santos, “queremos un diálogo directo de pueblo a pueblo” para que la solución los beneficie a ambos, finaliza el comisario.
 

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