La actitud en psicología es la disposición asociada al juicio de determinados objetos de la percepción o de la imaginación, es decir, la tendencia de una persona de juzgar tales objetos como buenos o malos, deseables o indeseables. La actitud se puede distinguir de la postura por el mayor grado de concreción de los objetos a los que se refiere, aunque el límite entre estos dos constructos no es del todo claro. Como en el caso de las posturas, existen grandes problemas en la búsqueda de una clasificación exhaustiva de todas las actitudes posibles pues los objetos a los que una actitud se puede referir son muy heterogéneos y concretos.
La actitud ha sido objeto de estudio en psicología social y especialmente en sus sub-disciplinas más aplicadas: en la psicología política (por ejemplo, la actitud de ciertos programas y los partidos políticos), en la psicología de la publicidad (las actitudes hacia los productos) o en la psicología de la salud (actitud hacia los comportamientos relacionados con la salud – como fumar o beber). La psicología experimental está principalmente dedicada a la investigación de un tipo especial de actitudes vinculadas a grupos de personas: los prejuicios.
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