Se calcula que en 5.000 millones de años, el Sol se expandirá y se convertirá
en un "gigante rojo".
Se tragará los planetas Mercurio y Venus, pero el destino de la Tierra es
menos claro.
A medida que el Sol aumente hasta 250 veces su tamaño actual, perderá más de
un tercio de su masa en un fuerte "viento estelar".
Esto hará que se amplíen las órbitas de los planetas de manera significativa,
tanto que la Tierra podría escapar de la estampida solar.
Sin embargo, la gravedad terrestre podría tirar de la superficie del Sol lo
suficiente como para crear un efecto de marea y empujar a la Tierra hacia una
órbita más cerrada.
Pero para ese entonces, la vida nuestro planeta habrá desaparecido ya que
dentro de 3 mil millones de años la energía liberada por el Sol habrá evaporado
los océanos.
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