Convivir con la naturaleza (foto de Jaime Cristóbal López)

domingo, 3 de marzo de 2013

el celular acusado de causar tumores


MIÉRCOLES, 6 de enero (HealthDay News/DrTango) — Adictos al teléfono celular de todo el mundo, presten atención: Las ondas electromagnéticas que emiten estos dispositivos omnipresentes podrían evitar o incluso mejorar la enfermedad de Alzheimer, señalan los investigadores.
Los ratones normales que se expusieron durante largo tiempo a ondas electromagnéticas no desarrollaron la enfermedad de Alzheimer, mientras que los ratones que ya estaban enfermos empezaron a experimentar mejoras, informan los científicos en la edición del 6 de enero de la Journal of Alzheimer’s Disease.
De hecho, los hallazgos fueron opuestos a lo que los investigadores esperaban encontrar.
“Se puede imaginar nuestra sorpresa cuando realizamos la primera evaluación de memoria y notamos que habían mejorado”, dijo el autor del estudio Gary Arendash, profesor de investigación del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de Florida, que forma parte de la Universidad del Sur de la Florida en Tampa. “Y seguimos observando efectos beneficios una prueba tras otra, en un grupo tras otro”.
Aunque los hallazgos son preliminares, plantean también la tentadora posibilidad de que exponer a las personas a ondas electromagnéticas podría evitar o tratar este trastorno debilitante, que afecta en estos momentos a 5.3 millones de personas tan sólo en Estados Unidos.
“Este descubrimiento amerita más estudio para determinar si sucede lo mismo en otros animales, aunque sí nos hace pensar que tal vez tengamos algo aquí”, afirmó el Dr. Michael Palm, profesor asistente de neurociencia, terapia experimental y medicina interna de la Faculta de medicina del Centro de Ciencias de la Salud Texas A&M en College Station.
“Aunque no creo que debemos animar a la gente a que amarre teléfonos celulares a sus cabezas”.
William Thies, director médico y científico de la Alzheimer’s Association, estuvo de acuerdo.
“En efecto, este artículo no recomienda a las personas que empiecen a pasar más tiempo con su celular, sobre todo en ambientes peligrosos como cuando conducen”, señaló Thies en una declaración. “Ninguna persona se debería basar en este estudio para creer que el uso de teléfonos celulares les protege de la enfermedad de Alzheimer, la demencia o el declive cognitivo”.
Thies considera que el hallazgo “necesita confirmarse en animales antes de que incluso pensemos en probarlo en humanos, ya que los modelos animales de la enfermedad Alzheimer y los humanos son muy diferentes. Terapias potenciales que han sido exitosas en modelos de ratones de la enfermedad de Alzheimer no han funcionado en humanos”.
Aunque varias organizaciones internacionales de salud hayan decidido que no existen problemas de salud asociados con los campos electromagnéticos (CEM), no hay datos suficientes sobre los efectos a largo plazo sobre el cerebro, apuntaron los autores del estudio.
Además, los investigadores aún están intentando dilucidar los riesgos asociados con el uso regular del teléfono celular. Por ejemplo, un estudio reciente encontró una relación, aunque débil, entre hablar por teléfono celular y tumores cerebrales.
En el nuevo estudio, el equipo de USF expuso a ratones manipulados genéticamente para que tuvieran la enfermedad de Alzheimer a dos sesiones de ondas electromagnéticas de alta frecuencia de una hora al día durante siete a nueve meses.
Los ratones jóvenes y saludables que se expusieron a las ondas evitaron el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer totalmente, mientras que los ratones mayores que tenían Alzheimer experimentaron mejoras en la memoria y en los déficits cognitivos, encontraron los investigadores.
Los ratones normales también mejoraron su capacidad de memoria después de la exposición a los CEM, señaló el equipo.
Las autopsias revelaron que las ondas habían disminuido las placas de la proteína beta amiloidea en el cerebro de los ratones, placas que según creen muchos causan la enfermedad de Alzheimer. De acuerdo con la hipótesis de los investigadores, un incremento de la temperatura cerebral durante la exposición a las ondas magnéticas podría ser el culpable de este cambio.
“En los ratones con Alzheimer, la exposición al teléfono celular parece ejercer dos efectos que afectan directamente el proceso de la enfermedad”, explicó Arendash. “Uno es que los campos electromagnéticos suprimen la agregación de proteína mala. Si la proteína mala beta amiloidea recién formada no puede crear placas, es más probable que sea eliminada del cerebro y vaya a parar a la sangre”.
El segundo método posible de acción es que la exposición incrementa la actividad celular cerebral lo que, de nuevo, podría ayudar a eliminar las proteínas del cerebro, señaló Arendash.
Aunque da esperanzas, el pequeño estudio en animales deja muchas preguntas en el aire, destacó Palm.
“El modelo de ratón de la enfermedad de Alzheimer no se correlaciona de forma exacta con lo que tiene la gente”, apuntó.
Además, los científicos no saben qué tan bien las ondas electromagnéticas generadas por el teléfono celular podrían penetrar en el cráneo humano, que es mucho más grueso, agregó.
Los investigadores tampoco analizaron los ovillos neurofibrilares, otro sello característico de la enfermedad que se encuentra generalmente en el tejido cerebral de los pacientes de Alzheimer.
“¿Tenemos el cuadro completo o no?”, preguntó Palm.
De acuerdo con Arendash, lo siguiente que quieren hacer los investigadores es ver si pueden acelerar cualquier efecto beneficioso en el cerebro al cambiar la frecuencia o la potencia de las ondas electromagnéticas. La seguridad también es una gran preocupación. Y, desde luego, los hallazgos se necesitan replican en humanos, señaló.
Más información
Más información sobre esta enfermedad en la Alzheimer’s Association.
Artículo por HealthDay, traducido por DrTango
FUENTES: Gary Arendash, Ph.D., research professor, Florida Alzheimer’s Disease Research Center, University of South Florida, Tampa; Michael Palm, M.D., assistant professor, neuroscience and experimental therapeutics and internal medicine, Texas A&M Health Science Center College of Medicine, College Station, Texas, and director, Parkinson’s and Headache programs, Texas Brain and Spine Institute, Bryan, Texas; Jan. 6, 2010, news release, Alzheimer’s Association; Jan. 6, 2010, Journal of Alzheimer’s Disease
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