La atención de los
alumnos en el aula, es la dificultad que mayoritariamente señalan los
profesores en cualquiera de las etapas. “Los alumnos no atienden“, “no prestan atención“, “cometen errores por no
poner atención“, “me cuesta mucho que estén centrados“, son las quejas más frecuentes que se escuchan.
Efectivamente, sin
atención no hay enseñanza ni aprendizaje, luego es un asunto serio. Por ello,
en esta entrada les propongo algunas estrategias para mejorar la atención en el
aula.
1º. Plantearse un objetivo realista
Lo primero que tenemos que marcarnos es un objetivo
realista. No se puede pretender que los alumnos permanezcan con el mismo nivel
de atención toda la mañana, los cinco días de la semana. Eso es inviable. La
atención es un recurso cognitivo limitado y como tal no podemos
abusar de él.
2º. Gestionar el tiempo
La atención fluctúa a lo largo de una sesión de clase, de
la mañana e incluso de la semana. Es lo que se llama la curva de atención.
Se puede decir que solo contamos con unos minutos de máxima
concentración en cada sesión. En las primeras horas ese período de tiempo puede
ser mayor, mientras que en las últimas horas es tiempo se reducirá.
Por tanto, una tarea del educador es gestionar el tiempo.
Una curva general sería aquella que en los primeros minutos intenta centrar la
atención, que consigue mantenerla unos minutos y que puede prolongarla unos
minutos más con los recursos que ahora se exponen, pero que poco a poco va
descendiendo a lo largo de la sesión.
Saber gestionar esta
curva genérica implica introducir actividades que se adapten a
ella. Esto supone, saber captar la atención, realizar las tareas de máximo
rendimiento en el momento oportuno e introducir actividades de menor exigencia
cuando la curva de atención va descendiendo.
También implica
saber hacer pausas, para “dar
un respiro” y retomar la concentración. He tenido profesores que
eran verdaderos artistas en esta gestión del tiempo y no eran pedagogos
precisamente. Limitaban el tiempo de esas explicaciones y sabían introducir
pequeñas pausas en las que nos contaban “sus “batallitas personales“. Seguro que tienen
experiencias similares.
3º. Reducir los estímulos distractores
La atención es un
filtro cognitivo, que selecciona entre los estímulos relevantes y los que
no lo son. Cuanto más reduzcamos los posibles distractores mejor rendimiento
obtendremos.
Esto supone, cuidar
las condiciones ambientales, que los chicos estén cómodos, que
no haya interrupciones, retirar aquello que pueda distraer de la mesa de los
chicos. No pasa nada por perder unos segundos en pedirles que retiren todo de
la mesa.
Un profesor colocaba
un cartel en la puerta de la clase cuando iba a explicar: “no interrumpir, estamos explicando” y
de esta forma evitaba visitas que cortaban el hilo de la concentración.
Hablar en un tono de voz demasiado elevado o gritar con excesiva frecuencia,
es un estímulo estresante que favorece la distracción, por ejemplo.
4º. Apoyo visual
Cuando las actividades se realizan con apoyo visual, mejora
la atención y la concentración se prolonga mucho más. Algunos profesores pretenden
que sus alumnos de Infantil, de Primaria o de Secundaria, soporten
explicaciones de 40 minutos con el único apoyo de la voz del profesor.
Las presentaciones, el uso de imágenes,
los esquemas en la pizarra, o simplemente garabatear en el encerado, mejora
significativamente la atención. Si se quiere mantener la concentración solo de
oído, no pidamos demasiado tiempo a los chicos.
5º. Cuidar los momentos de transición
En el aula y en una mañana de clase existen diferentes
momentos de transición: volver del recreo, cambio de asignatura, de un examen a
una clase… Es necesario cuidar estos momentos para captar la atención.
Al volver del recreo, por ejemplo, sin enfados ni gritos,
hay que conseguir que los alumnos se serenen y se centren: actividades como un dictado, una lectura, o unos
ejercicios de relajación puede hacer que los alumnos se serenen
y se pueda captar la atención.
6º. Interaccionar positivamente con ellos
Interacciona con ellos! Hazle preguntas constantemente, pide su
opinión. No pueden ser sujetos pasivos sentados en su mesa: eso favorece el
aburrimiento.
7º. Favorecer su participación activa
Si de verdad queremos que los alumnos estén atentos, démosle a
ellos más protagonismo. Cuando ellos participan activamente, todos están más
atentos por que los iguales, nos guste o no, son más significativos, sobre todo
en adolescentes.
A partir de ciertas edades, pueden exponer partes del tema,
proponer actividades o realizarlas en grupo. Cuando se realizan inicialmente,
parece que no va a funcionar, pero cuando se acostumbran a trabajar de esta manera,
el rendimiento atencional mejora.
8º. Reforzar a los alumnos que están atentos
Gastamos mucha energía en llamar la atención al que no nos
presta su atención: cambien de estrategia: alude, elogia, mira a los que están concentrados y
atentos; en la medida de lo posible ignora a los que no lo
están.
En
resumen, las estrategias que se han
facilitado son:
- Plantearse un objetivo realista
- Gestionar el tiempo
- Reducir estímulos distractores
- Apoyo visual
- Cuidar los momentos de transición
- Interaccionar positivamente con los alumnos
- Favorecer su participación activa
- Reforzar a los alumnos que estén atentos
EJERCICIO PARA MEJORAR LA ATENCIÓN.
Reserva para este ejercicio entre
5 y 10 minutos cada día en los que sepas que no van a haber interrupciones (no
hay llamadas de teléfono, queda mucho para que te bajes del autobús, tu
programa favorito de televisión no empieza todavía, no has quedado con nadie,
…). Entonces empieza el proceso:
- Siéntate en una silla de forma que estés cómod@
- Cierra los ojos
- Respira profundamente
- Fíjate en tu respiración. Nota cómo inspiras (el aire entra en tus pulmones lentamente)… y cómo expiras (el aire sale lentamente de tus pulmones)…
- Sigue fijándote en la respiración. Nota cómo inspiras… y cómo expiras…
- Si notas que tu mente se va a otro sitio, eso está bien. Simplemente haz que se fije de nuevo en la respiración. De forma tranquila. Sin frustraciones. Sin brusquedades, de vuelta a la respiración
- Sigue así un mínimo de 5 minutos
Enséñale a tu mente a
concentrarse. Si no sabe cómo, ayúdale con este truco tan sencillo y útil.
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