Convivir con la naturaleza (foto de Jaime Cristóbal López)

sábado, 20 de octubre de 2012

HIJO DE PADRES HOMOXESUALES


-¿Cual es la experiencia en general de un niño adoptado por una pareja heteroexual?

-Aunque a la gente le gusta idealizar la adopción, de hecho ser dado en adopción por los propios padres biológicos es una experiencia dolorosa. Pretender que la adopción es como tener tu propio hijo biológico y que no hay problemas adicionales en realidad no ayuda a los hijos adoptivos a hacer un esfuerzo por comprender ni contribuye al amor heroico que se requiere de los padres adoptivos. Los padres adoptivos cuentan a los niños cómo sus madres tomaron la valiente decisión de procurar para sus bebés casas con un papá y una mamá pensando que era lo mejor para ellos.

Sin embargo, a pesar de todas las palabras tranquilizantes de los padres adoptivos y de su amor y cuidados, un niño adoptado casi siempre se pregunta: «¿Por qué? ¿Por qué mi madre me entregó? ¿Dónde estaba mi padre?». Estas preguntas a menudo persisten incluso en la vida adulta. Se requiere una estabilidad emocional y psicológica por parte de los padres adoptivos para poder dar a los niños una respuesta a estos interrogantes.

Ser adoptado por un hombre y una mujer feliz y fielmente casados, proporciona un ambiente saludable para el niño que ha sido entregado por sus padres biológicos. El amor comprometido de fidelidad del padre a su mujer y a su hijo enseña al niño adoptado que no todos los hombres se desentienden de sus responsabilidades hacia los hijos. La fuerza de la madre adoptiva ante los problemas enseña al niño que, aunque su madre biológica no pensó si estaba preparada para tener un hijo, la madre adoptiva sabe hacer frente a las crisis y nunca deja de amar ni renuncia a su hijo. La experiencia cotidiana de ver a un padre y a una madre que se aman, que se sacrifican y perseveran, da al niño adoptado una imagen de verdadero amor matrimonial y paternal que puede ser un modelo para su propia vida.

Ésta es sin duda la razón de que, a pesar de la herida inicial, la mayoría de los niños
doptados se convierten en adultos sanos y felices que saben elegir con quién casarse y se convierten en buenos padres. 

-¿Cuál es la diferencia entre un niño adoptado por una pareja del mismo sexo y por una heterosexual? 

-Si los niños adoptados por un matrimonio preguntan «¿por qué fui dado en adopción?», ¿qué preguntarán los que han sido dados a una pareja del mismo sexo? ¿No les asombrará el por qué han sido entregados a una familia a la que siempre faltará un padre o una madre? Más pronto o más tarde, el niño preguntará: «¿Por qué fui abandonado por mi padre, dado en adopción por mi madre y luego tratado por la sociedad como un bebé de segunda clase, que tenía que ser colocado en una situación de segunda clase?». Las personas atraídas por el mismo sexo que adoptan, aman a sus hijos, y los hijos los aman, pero aunque hay amor habrá también rechazo. 

Las parejas del mismo sexo no serán capaces de admitir el daño que han hecho a los niños que aman y atribuirán sus problemas a la «sociedad» y a la «homofobia». 
Los niños no serán capaces de expresar su insatisfacción y al mismo tiempo se sentirán culpables por no ser agradecidos. Los niños podrán llegar a sentir que hay algo equivocado en su deseo natural de tener un padre del sexo opuesto. Ya hemos visto un caso de este tipo. A Rosie O'Donnell, conocida lesbiana y partidaria de la adopción lesbiana, se le preguntó qué haría si su hijo adoptado deseara un padre. Según O'Donnell, su hijo ya ha expresado este deseo. Cuando tenía seis años, dijo «quiero tener un papá». O'Donnell respondió: «Si hubieras tenido un papá, no me habrías tenido a mí como mamá porque soy el tipo de mamá que quiere a otra mamá. Tu mamá es así». El niño dijo: «Ok, me quedo contigo».

Aunque O'Donnell indudablemente ve esto como una afirmación positiva para la adopción homosexual, hay otra interpretación: hizo ver a su hijo que su deseo natural de tener un padre era rechazarla a ella. Este es un peso terrible para un niño pequeño. Y lo que es peor. En la misma entrevista, O'Donnell cuenta cómo explicó la adopción a su hijo: «...comprendió que hay diferentes tipos de personas; que él creció en el seno de otra mujer y que Dios miró dentro, vio que había habido una confusión y entonces me lo trajo a mí». En otras palabras, a la luz de la conversación entre O'Donnell y su hijo, es un error para él desear un padre porque Dios decidió que no lo debía tener.




-¿Qué otros peligros amenazan a los niños adoptados por parejas del mismo sexo? 

-Los niños dados en adopción han sido separados de sus madres biológicas y a menudo también de cuidadores transitorios. Esto puede llevar a desórdenes de afectividad. El contacto con una única figura materna durante los primeros ocho meses de vida es crucial para el desarrollo emocional. Criar a un niño con un desorden de dependencia afectiva requiere una sensibilidad especial por parte de sus padres adoptivos. Una amiga, que adoptó un niño de Europa del Este, descubrió que su hijo adoptado sufría un grave desorden afectivo. El especialista le dijo que su capacidad de confianza estaba tan deteriorada que no podría separarse de él por largos periodos durante varios años.

Debido a que los niños entregados en adopción han sufrido ya una gran pérdida, es muy importante colocarlos en la situación más estable posible. Las parejas del mismo sexo son las menos estables. Las parejas de varones tienen muchas probabilidades de romperse; incluso si permanecen juntos, raramente tienen plena confianza sexual el uno en el otro. Las parejas lesbianas tienen más probabilidades de permanecer unidas pero no son tan estables como las parejas heterosexuales.

Por esta causa, con una pareja del mismo sexo, el niño corre un riesgo mayor de una segunda gran pérdida durante la infancia. La investigación sobre los efectos del divorcio en los niños es clara e inequívoca: el divorcio produce un daño profundo. El daño es necesariamente mayor para un hijo adoptado. Michael Reagan --que fue adoptado por el presidente Ronald Reagan y su primera mujer, matrimonio que acabó en divorcio--, habla del divorcio como de dos adultos que van a la habitación de los niños, rompen todo lo que hay de más valioso en ella y luego dejan que sea el niño el que intente componer las piezas rotas. Mientras la prensa presenta una imagen feliz de las parejas del mismo sexo que adoptan niños, existe otro lado de la moneda: rupturas tremendas y luchas por la custodia.

Un artículo de Barbara Eisold, titulado «Recrear la madre» en el «American Journal of Orthopsychiatry» informa sobre los efectos de una familia sin madre en un niño pequeño. Este niño fue concebido usando una madre alquilada por una pareja de varones. Su padre, el mayor de la pareja, pagó a una niñera para cuidar al niño. Cuando ésta llegó a implicarse demasiado emocionalmente, fue despedida; fue contratada una segunda y después una tercera. El niño fue luego a una guardería. Cuando tenía cuatro años, sufría profundos problemas psicológicos y tuvo que tratarle un psicoterapista.

Uno de sus problemas es que quería «comprar» una madre. El psicoterapista se pregunta: «¿Cómo explicamos por qué este niño, hijo de una pareja de varones, parecía tener  necesidad de "construirse" una mujer --"madre"-- con la que poder desempeñar el papel de niño/hombre que la quiere? ¿Cómo entró esta idea en su mente? ¿Qué inspiró con tanta intensidad este tema?». El psicoterapista fue contratado para convencer a este niño de que lo que habían hecho con él estaba bien y que debía aceptarlo. Pero el psicoterapista olvidó algo obvio: los niños necesitan madres. Este niño fue artificialmente privado de lo que necesitaba.

http://www.youtube.com/watch?v=6Nlu4X8O1ck&feature=related

Un reciente artículo publicado en «New York Times Magazine», sobre Ry y Cade --hermanas que tienen ahora 22 y 24 años y vivieron con una pareja de mujeres-- parece presentar una imagen positiva de que tener dos mamás es un «experimento grande, complicado, e increíble» que «funcionó». Sin embargo, el largo artículo revela las muchas maneras en que el experimento no funcionó. Sus dos «madres» no dieron a las jóvenes claros modelos de feminidad o masculinidad. Ry recuerda a Cade adolescente buscando algo diferente y cuando no lo encontró, a los 18 años, se convirtió en lesbiana. Del artículo se deduce que las «madres» de Ry formaban parte de una comunidad de feministas radicales que tenían puntos de vista muy negativos sobre el matrimonio y estos puntos de vista afectaron a sus hijas.

Hubo un momento en que a Ry le «repugnaban» las relaciones heterosexuales y tenía miedo del «dominio y opresión sexista que te aniquila» y que ella asociaba con las relaciones hombre-mujer. A los 16 años, escribió: «No puedo comprender o relacionarme con los hombres porque estoy inmersa en una cultura homosexual y no familiar con la que tengo una estrecha relación». Las madres de Ry la animaron a tener relaciones sexuales con su novio, lo que hizo, pero al mismo tiempo se sentía angustiada por «tener relaciones sexuales con un hombre, lo que significa crecer y alejarme de mis madres». Desde entonces, confía más en los hombres pero todavía se siente como si la consideraran extraña.

El experimento ciertamente ha pesado sobre las jóvenes. Según el artículo, «durante gran parte de su vida, Ry ha tenido sentimientos paternales y filiales al mismo tiempo hacia sus madres». Si este es un caso considerado positivo, imaginemos cómo serán los que han fracasado. La controversia sobre la adopción aumenta mientras que los juzgados y las agencias favorecen la adopción homosexual. Los trabajadores sociales y las familias de acogida que protestan sufren a veces las consecuencias.

Laurie Ellinger, que acoge niños para la adopción, protestó por la adopción de un niño de color por parte de una pareja masculina gay; se le suspendió temporalmente la acogida de niños porque había hecho público el caso. Dos matrimonios cristianos habían tratado de adoptar al niño y por eso la madre natural del bebé, que tiene el control de la adopción, protestó ante los trabajadores sociales.

COMO AFECTA AL ADOLESCENTE SER HIJO DE PADRES HOMOXESUALES

Todos son hijos de familias diversas de la comunidad de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgéneros (LGBT), donde a decir de especialistas, antes que desarrollar trastornos de personalidad como pudiera pasar con cualquier otro niño inmerso en una familia con padres heterosexuales, han aprendido a relacionarse con base en el amor, el respeto, el derecho, la tolerancia y la diversidad.
“No sólo hay familias de papá, mamá, hijos, hay con dos mamás, con una sola y también con dos papás”, es la respuesta que Gala cuando tenía tres años y medio a una niña en el parque, cuando ésta le dijo que era imposible que tuviera dos mamás: Ema Villanueva y Janice Alva, una de las cuatro familias alternativas entrevistadas por KIOSCO que hoy, más allá de la legislación, son una realidad.
El cálculo no es exacto. Siempre que se pretende dar una aproximación del número de hijos de parejas homoparentales, se cita la investigación para el grado de Maestría en la UAM de Sara Espinosa, titulada “Familias de elección: hogares conformados por madres lesbianas del año 2005”, donde considera que no sería exagerado hablar de un millón de hijos de homosexuales.
El análisis refiere que unos 10 millones de mexicanos son gays, lesbianas o bisexuales y que de éstos, al menos 10%tienen hijos.
Los estudios científicos
El debate en torno a las implicaciones que los niños pudieran tener por ser criados por padres homosexuales se avivó luego de que la líder del PAN en el DF, Mariana Gómez del Campo, asegurara que con la reciente legislación aprobada, que permitirá el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción de niños por estas parejas, se expone a los menores a padecer trastornos de personalidad y discriminación.
Un meta-análisis científico publicado por la Asociación Psicológica Americana (APA) titulado “Lesbian and Gay Parenting”, en el que se analizan más de 100 artículos de investigación al respecto realizados en Europa y EU, muestra que tanto los hijos e hijas biológicas como adoptados por homosexuales, no tienen problemas psicológicos o sociales que puedan atribuirse a la orientación sexual de sus padres y madres.
“No hay diferencias significativas ni en la moral, ni en las costumbres con los hijos e hijas de padres heterosexuales. Se confirmó una vez más que la homosexualidad no se pega”, dice el sexólogo David Barrios, director de Caleidoscopía, quien cita parte de las conclusiones de la investigación de la APA:
“Ni un solo estudio ha encontrado que los hijos de hombres y mujeres homosexuales tengan alguna desventaja si se les compara con hijos de parejas heterosexuales. La evidencia indica que el ambiente proporcionado en los hogares homosexuales es igual de eficaz que el de parejas heterosexuales al apoyar y permitir el desarrollo psicosocial de los menores”.
En el ámbito científico también existen voces que aseguran que esos niños, al estar en una sociedad predominantemente heterosexual, podrían sufrir discriminación y una crisis de identidad.
La neuropsicóloga Guillermina González y el antropólogo José Eduardo Tappan coinciden en que para enfrentar esta realidad, los niños tendrán que estar acompañados por psicólogos.

TODOS MERECEMOS QUE NOS ACEPTEN COMO SOMOS.

1 comentario:

  1. Pienso que ante esta situación, lo mejor que puede hacer un docente, es apoyar en que sus compañeros de grupo los acepten y no los discriminen, ya que sufren una falta de identidad personal, ante la situación de tener padres del mismo sexo, creo que esto es un problema muy serio y que no se debería permitir. aunque en lo que respecta a el aprendizaje ningún alumno es incapaz de aprender ya que tiene las mismas capacidades que los demás dentro del aula.

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