La indolencia es causa o
compañera inseparable de ladrones, corruptos y criminales.
Indolencia por un lado significa flojera, pereza o haraganería, y por el otro,
indica insensibilidad y el no conmoverse ante el dolor propio o de terceros.
Esto se debe a que en la antigua mitología griega la divinidad que
personificaba la indolencia también interpretaba a la pereza. Su nombre era
Ergia y convivía con otras deidades que representaban al sueño, la quietud y el
silencio. Se le pintaba como un ser somnoliento, dormía en medio de telarañas y
se mostraba contrapuesta al trabajo.
Desde un punto de vista psicológico, una persona indolente describe a quien no
se afecta o conmueve ante el dolor. La indolencia social incluye ser
indiferente ante el sufrimiento de una o más personas o de una comunidad.
La indolencia social se presenta en algunas comunidades producto de un
fatalismo provocado por la desesperanza y por no poder cambiar el trágico
entorno donde habitan, ni poder "salir de abajo" aunque se hagan
esfuerzos notables en el trabajo. La obligada resignación y una aceptación
forzada de la ruinosa realidad, produciría en algunos la indolencia y una
actitud de poca o ninguna solidaridad. En este caso, nos referimos a la
indolencia social que encontramos en ciertos niveles desposeídos de la
sociedad.
En casos individuales, sin importar el nivel socioeconómico, el indolente es
una persona egoísta por naturaleza, generalmente inescrupulosa, superficial. No
reacciona ante calamidades y tragedias.
Los indolentes no piensan en los demás, se concentran en sí mismos. Esto les
permite no sentir remordimientos, recatos ni consideraciones con otros. Así,
los delincuentes son indolentes con sus víctimas. Los corruptos son insensibles
al daño que ocasionan. La indolencia es causa o compañera inseparable de
ladrones y criminales.
También tropezamos con los indolentes "pasivos" que se concentran en
su propia existencia, ocupados en lograr sus objetivos sin "ver para los
lados", aunque algunos sean arribistas y perjudiquen a otros para ellos
"subir" o "ascender". Entre los indolentes pululan los
fríos y calculadores y los indiferentes y apáticos. Los indolentes normalmente
terminan solos y abandonados.
Se puede comenzar a dejar de ser indolente adhiriéndose a alguna causa común
con miembros de su comunidad, participando en apoyo y respaldo en distintos
eventos, siendo solidarios con las personas cercanas y con la comunidad en
donde se viva. El conocer los problemas de otros, aportar soluciones o colaborar
con ello, poco a poco, despertará el interés y en algún momento la indolencia
dará paso a la sensibilidad, al entusiasmo y al existir con sentido gregario y
social.
Tomado de:
http://www.proyectopv.org/2-verdad/indolenciapsic.htm
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